martes, 21 de diciembre de 2010

Cuando los sentimientos jugaron por primera vez a las escondidas, el amor se escondió dentro de una rosa. La locura, quien pretendía encontrarlo, tomó una rama y movió la rosa. Así fue que una espina lastimó sus ojos y desde ese entonces el amor es ciego y la locura siempre lo acompaña para tapar su culpa.