Quiero ser aquella niña que solo se preocupaba por SONREÍR
Pero en algún lugar de mi juventud, maduré y aprendí demasiado. Aprendí como la gente no sabe querer ni amar, cómo nos destruimos entre nosotros, cómo la envidia nos rodea y nos hace desear el mal. Maduré, me contaminé, y aprendí sobre mentiras, sufrimientos, enfermedades, guerras, dolor y muerte. Aprendí cómo el dinero maneja nuestras vidas. Cómo ya no importa el sentir, sino el conseguir, y cada vez más.